1 A causa de los hijos de Israel, Jericó estaba cerrada y trancada. Ninguno salía ni entraba.
2 Entonces
6 Josué, hijo de Nun, convocó a los sacerdotes y les dijo: Lleven el Arca del Pacto y que siete sacerdotes lleven las cornetas adelante del Arca de
8 Sucedió que cuando Josué habló al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete cornetas pasaron adelante del Arca de
10 Josué mandó al pueblo: Ustedes no gritarán, ni harán oír su voz, ni saldrá alguna palabra de su boca, hasta el día cuando yo les diga: ¡Griten! Entonces gritarán.
11 Así ordenó que el Arca de
12 Josué se levantó muy de mañana, y los sacerdotes llevaron el Arca de
15 El séptimo día se levantaron al rayar el alba, y rodearon la ciudad de la misma manera siete veces. Solo aquel día rodearon la ciudad siete veces. 16 Aconteció en la séptima vez, cuando los sacerdotes hacían resonar las cornetas, que Josué dijo al pueblo: ¡Griten, porque
17 La ciudad y todo lo que hay en ella será consagrado al exterminio como ofrenda a
18 Pero ustedes guárdense de tocar algo de lo dedicado al exterminio, no sea que causen maldición y perturben al campamento de Israel. 19 Pero toda la plata, el oro, los objetos de bronce y de hierro serán consagrados a
20 Entonces el pueblo gritó y se hicieron resonar las cornetas. Aconteció que cuando el pueblo oyó el sonido de la corneta, gritó con gran alarido, y el muro cayó de plano. Entonces el pueblo subió hacia la ciudad, cada uno de frente, y tomaron la ciudad. 21 Destruyeron a filo de espada todo lo que estaba en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, y hasta los bueyes, las ovejas y los asnos.
22 Pero Josué dijo a los dos hombres que espiaron la tierra: Entren en la casa de la mujer prostituta y mándenle que salgan de allí con todo lo que sea suyo, como le juraron. 23 Los jóvenes espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y a todos los suyos. Sacaron también a todos sus parientes y los ubicaron fuera del campamento de Israel.
24 Consumieron con fuego la ciudad y todo lo que había en ella. Solo pusieron en el tesoro de la Casa de
25 Pero Josué preservó la vida a Rahab la prostituta, a la casa de su padre y a todos los suyos. Ella vive en medio de Israel hasta hoy, por cuanto escondió a los emisarios que Josué envió a espiar Jericó.
26 En aquel tiempo Josué hizo una imprecación: ¡Maldito delante de
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a Ver 1o de Reyes 16.34.