1 Pero después que murió Ehud, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo delante de
4 En ese tiempo Débora, una profetisa, esposa de Lapidot, juzgaba en Israel. 5 Acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-ʼEl, en la región montañosa de Efraín, y los hijos de Israel acudían a ella para que los juzgara.
6 Ella mandó a llamar a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes-neftalí, y le dijo: Mira,
8 Entonces Barac le respondió: Si tú vas conmigo, yo iré. Pero no iré si tú no vas conmigo.
9 Y ella contestó: Ciertamente iré contigo, pero la gloria de la jornada que emprendes no será tuya, porque
11 Ahora bien, Heber, el ceneo, se había separado de los ceneos descendientes de Hobab, suegro de Moisés, y desplegó sus tiendas hasta el robledal de Zanaim, que está junto a Cedes.
12 Se le informó a Sísara que Barac, hijo de Abinoam, subió a la montaña Tabor. 13 Sísara reunió todos sus carruajes, 900 carruajes de hierro, y a todo el pueblo que estaba con él, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón.
14 Entonces Débora dijo a Barac: ¡Levántate, porque este es el día cuando
16 Pero Barac persiguió los carruajes y al ejército hasta Haroset-goim. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno. 17 Sísara huyó a pie hasta la tienda de Jael, esposa de Heber ceneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber ceneo.
18 Jael salió al encuentro de Sísara y le dijo: ¡Entra, ʼadón mío, entra aquí, no temas! Entonces él entró en la tienda de ella, y ella lo cubrió con una manta.
19 Y él le dijo: Dame, te ruego, un poco de agua porque tengo sed. Ella entonces abrió un odre de leche, le dio de beber y lo volvió a cubrir.
20 Y él le dijo: Quédate en la entrada de la tienda. Si alguno viene y te pregunta: ¿Hay alguien aquí? Tú le responderás que no.
21 Pero Jael, esposa de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomó un mazo, fue calladamente hacia él. Le clavó la estaca en la sien, la cual penetró hasta la tierra, pues él estaba cansado y dormía profundamente. Y así murió.
22 Ciertamente ahí venía Barac y perseguía a Sísara. Jael salió a recibirlo y le dijo: Ven, te mostraré al hombre que buscas. Y él entró con ella, y ahí estaba Sísara muerto con la estaca en la sien.
23 Así