1 Abraham era anciano, entrado en días, y
5 Y el esclavo le respondió: Quizás la mujer no consienta en venir conmigo a esta tierra. ¿Llevaré a tu hijo a la tierra de donde saliste?
6 Entonces Abraham le contestó: Guárdate de no llevar a mi hijo allá. 7
10 El esclavo tomó diez de los camellos de su ʼadón, y salió con una variedad de cosas buenas de su ʼadón en su mano. Se levantó y fue a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. 11 En las afueras de la ciudad hizo arrodillar los camellos junto a un pozo de agua al tiempo de llegar la tarde, en el momento cuando salen las jóvenes a sacar agua.
12 Y dijo: ¡
15 Aconteció que antes que él acabara de hablar, ahí llegaba Rebeca, la cual le nació a Betuel, hijo de Milca, esposa de Nacor, hermano de Abraham, llegaba con su cántaro al hombro. 16 La muchacha era de apariencia muy hermosa, virgen, a la que ningún varón se unió. Y al bajar a la fuente, llenó su cántaro y salió.
17 Entonces el esclavo corrió a su encuentro y le dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.
18 Ella respondió: Bebe, mi ʼadón. Y se apresuró a bajar el cántaro sobre su mano y le dio de beber. 19 Cuando acabó de darle de beber dijo: También sacaré agua para tus camellos hasta que acaben de beber. 20 Se apresuró y vació su cántaro en el abrevadero. Corrió otra vez al pozo para sacar agua y sacó para todos sus camellos. 21 El hombre, con la vista fija en ella, callaba para saber si
22 Aconteció que cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le dio un pendiente de oro que pesaba 5,5 gramos, y dos brazaletes de oro que pesaban 110 gramos. 23 Y le preguntó: ¿De quién eres hija? Dime te ruego: ¿Hay lugar en casa de tu padre para que nosotros pasemos la noche?
24 Ella le respondió: Yo soy hija de Betuel, el hijo que Milca dio a luz a Nacor. 25 Y añadió: También hay en nuestra casa pasto, mucho forraje y lugar para pasar la noche.
26 Entonces el hombre hizo reverencia, se postró ante
28 Entonces la muchacha corrió y contó estas cosas en casa de su madre. 29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán, el cual corrió hacia el que estaba fuera, junto a la fuente. 30 Cuando Labán vio el pendiente y los brazaletes en las muñecas de su hermana y oyó las palabras de su hermana Rebeca, quien decía: Este hombre me habló así, él corrió hacia el hombre, quien, por cierto, permanecía con los camellos junto a la fuente. 31 Labán le dijo: Entra, bendito de
32 Entonces el hombre entró en la casa, y Labán le desató los camellos y les dio pasto y forraje. También le dio agua para lavar sus pies y los pies de los hombres que estaban con él. 33 También le sirvió comida, pero el esclavo dijo: No comeré hasta cuando diga mis palabras. Y Labán le dijo: ¡Habla!
34 Contestó: Yo soy esclavo de Abraham. 35
39 Yo dije a mi ʼadón: Quizás la mujer no quiera venir conmigo.
40 Me contestó:
42 Así, pues, llegué hoy a la fuente y dije:
45 Antes que yo acabara de hablar en mi corazón, ahí estaba Rebeca con su cántaro al hombro quien bajaba a la fuente. Cuando sacó agua le dije: Te ruego que me des de beber.
46 Y se apresuró, bajó su cántaro de encima de ella y respondió: Bebe, y también abrevaré tus camellos. Y bebí, y ella abrevó los camellos.
47 Le pregunté: ¿De quién eres hija? Y respondió: Soy hija de Betuel, el hijo que Milca le dio a luz a Nacor. Entonces le puse el pendiente en la nariz y los brazaletes en sus manos.
48 E hice reverencia, me postré ante
50 Y al responder Labán y Betuel, dijeron: De parte de
52 Cuando el esclavo de Abraham oyó sus palabras, se postró en tierra delante de
55 Entonces el hermano de ella y su madre respondieron: Permanezca la doncella con nosotros algunos días, por lo menos diez, y después se irá.
56 Pero él les dijo: No me retrasen ya que
57 Y ellos contestaron: Llamemos a la joven y preguntémosle cuál es su deseo. 58 Llamaron a Rebeca y le dijeron: ¿Irás tú con este varón?
59 Entonces despidieron a su hermana Rebeca, a su madre de crianza, al esclavo de Abraham y a sus hombres. 60 Bendijeron a Rebeca y le dijeron:
61 Rebeca se levantó con sus doncellas, montaron sobre los camellos y siguieron al hombre. Y el esclavo tomó a Rebeca y salió.
62 Mientras tanto, Isaac regresaba del pozo del Viviente-que-me-ve, pues él habitaba en la región del Neguev. 63 Isaac había salido a meditar al campo al llegar la tarde. Cuando levantó sus ojos, miró y ahí llegaban unos camellos.
64 Rebeca también levantó sus ojos, y cuando vio a Isaac, desmontó del camello, 65 porque había preguntado al esclavo: ¿Quién es ese varón que viene por el campo a nuestro encuentro?
66 El esclavo le contó a Isaac todas las cosas que hizo. 67 Isaac la introdujo en la tienda de su madre Sara, tomó a Rebeca como esposa y la amó. E Isaac se consoló después de la muerte de su madre.
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