1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a él y le dijo:
2 Y él volvió su rostro hacia la pared y oró a
4 Aconteció que antes que Isaías saliera del patio central, le vino Palabra de
7 Isaías dijo: Tomen masa de higos. La llevaron, la colocaron sobre la úlcera y sanó.
8 Ezequías preguntó a Isaías: ¿Qué señal tendré de que
9 Isaías contestó: Esto te será señal de parte de
10 Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra avance diez gradas, pero no que la sombra vuelva atrás diez gradas.
11 Entonces el profeta Isaías invocó a
12 En aquel tiempo Berodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió una carta y un presente a Ezequías, porque oyó que Ezequías estuvo enfermo.
13 Ezequías recibió a los mensajeros y les mostró toda la casa de su tesorería, la plata y el oro, las especias y ungüentos preciosos, su casa de armas, y todo lo que había en sus tesoros. No hubo algo que Ezequías no les mostrara, tanto en su casa como en todos sus dominios.
14 Entonces el profeta Isaías fue al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron esos hombres y de dónde vinieron?
15 Y él preguntó: ¿Qué vieron en tu casa?
16 Isaías dijo a Ezequías: Escucha Palabra de
19 Ezequías respondió a Isaías: Buena es la Palabra de
20 Los demás hechos de Ezequías, todo su valor, y cómo hizo el estanque y el acueducto para llevar el agua a la ciudad, ¿no están escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Judá? 21 Ezequías reposó con sus antepasados, y reinó en su lugar su hijo Manasés.
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