1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, jefe de los judíos. 2 Se acercó a Jesús de noche y le dijo: “Rabí, sabemos que eres un maestro venido de Dios, porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.”
3 Jesús le contestó:
4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?”
5 Jesús respondió:
9 Nicodemo le respondió: “¿Cómo puede ser esto?”
10 Jesús le respondió:
22 Después de estas cosas, Jesús vino con sus discípulos a la tierra de Judea. Se quedó allí con ellos y bautizaba. 23 También Juan bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua. Venían y se bautizaban; 24 porque Juan no había sido aún encarcelado. 25 Entonces surgió una disputa por parte de los discípulos de Juan con algunos judíos sobre la purificación. 26 Se acercaron a Juan y le dijeron: “Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, del que has dado testimonio, he aquí que bautiza, y todo el mundo acude a él.”
27 Juan respondió: “El hombre no puede recibir nada si no le ha sido dado del cielo. 28 Vosotros mismos dais testimonio de que yo he dicho: “Yo no soy el Cristo”, sino: “He sido enviado antes que él”. 29 El que tiene la novia es el novio; pero el amigo del novio, que está de pie y lo escucha, se alegra mucho por la voz del novio. Por eso mi alegría es plena. 30 Él debe aumentar, pero yo debo disminuir.
31 “El que viene de arriba está por encima de todo. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todo. 32 Lo que ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe su testimonio. 33 El que ha recibido su testimonio ha puesto su sello en esto: que Dios es verdadero. 34 Porque el que Dios ha enviado habla las palabras de Dios; pues Dios da el Espíritu sin medida. 35 El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano. 36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.”
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