7 Moisés vino y llamó a los ancianos del pueblo, y les expuso todas estas palabras que Yahvé le había ordenado. 8 Todo el pueblo respondió en conjunto y dijo: “Haremos todo lo que Yahvé ha dicho”.
14 Moisés bajó del monte hacia el pueblo y lo santificó, y ellos lavaron sus ropas. 15 Le dijo al pueblo: “Prepárense para el tercer día. No tengan relaciones sexuales con una mujer”.
16 Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relámpagos, y una espesa nube sobre la montaña, y el sonido de una trompeta muy fuerte; y todo el pueblo que estaba en el campamento tembló. 17 Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y se paró en la parte baja del monte. 18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque Yahvé descendía sobre él en fuego; y su humo subía como el humo de un horno, y todo el monte temblaba en gran manera. 19 Cuando el sonido de la trompeta se hizo más y más fuerte, Moisés habló, y Dios le respondió con una voz. 20 Yahvé bajó al monte Sinaí, a la cima de la montaña. Yahvé llamó a Moisés a la cima del monte, y Moisés subió.
21 Yahvé dijo a Moisés: “Baja y advierte al pueblo, no sea que se abran paso hacia Yahvé para mirar, y muchos de ellos perezcan. 22 Que también los sacerdotes que se acercan a Yahvé se santifiquen, no sea que Yahvé irrumpa sobre ellos.”
23 Moisés dijo a Yahvé: “El pueblo no puede subir al monte Sinaí, porque tú nos advertiste diciendo: “Poned límites alrededor del monte y santificadlo””.
24 Yahvé le dijo: “¡Baja! Harás subir a Aarón contigo, pero no permitas que los sacerdotes y el pueblo se abran paso para subir a Yahvé, no sea que él se revele contra ellos.”
25 Entonces Moisés bajó al pueblo y les dijo.
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